La periimplantitis, como señalamos en el artículo anterior, es la inflación de los tejidos blandos que rodean el implante, y que pueden llegar a afectar al hueso.
Esta inflamación puede ser puntual o crónica. Cuando es una inflamación crónica, la sujeción del implante está en peligro y se puede perder la efectividad de la prótesis.
Causas
La causa más habitual para la periimplantitis es la exposición de las espiras (la rosca del implante), provocando que la placa bacteriana se vaya acumulando y se inicie el proceso de inflamación. La rosca del implante, que debería estar completamente introducida en la encía, puede quedar expuesta (a la vista) cuando no se ha realizado una buena colocación del implante. Esto puede suceder por no enterrarlo lo suficiente, por tener poco hueso o por tener poca encía queratizada, que es la encía que está por encima del diente y la que soporta el implante.
En otras ocasiones, la causa de una periimplantitis es una previa periodontitis. Como ya dijimos en el artículo anterior (periimplantitis I), es preciso tratar todo tipo de patologías antes de colocar un implante.
La higiene bucal juega un papel fundamental para mantener la zona limpia y libre de bacterias. Nuestra constancia y la calidad de nuestro cepillado, puede evitar futuros problemas.
El tabaco siempre es un riesgo para nuestros dientes y nuestras encías, digamos que no ayuda nada a tener una boca sana.
Tratamiento
La gravedad del caso hará que el tratamiento sea más o menos conservador, llegando a necesitar de intervención quirúrgica en los casos extremos, cuando el implante esté realmente afectado. En otras ocasiones no será necesario desmontar la prótesis, pero es fundamental hacer una limpieza de la zona.
Prevención
Para prevenir una periimplantitis, lo primero es tener una boca sana, cuidada y tratada, antes de realizar el proceso de colocación del implante. Hay que planificar con mimo y cuidado qué implante es necesario según el caso, hacer un estudio de la calidad de las encías (si están queratinizadas) y si el paciente tiene suficiente hueso para soportar el implante. Por último, hay que confiar en las manos de un buen especialista, capaz de colocarnos correctamente el implante y no tener que lamentar en un futuro.
¿Conclusión? Busque siempre profesionales, materiales certificados y clínicas de confianza y nunca descuide la higiene bucal. Un implante no es un material orgánico, pero los tejidos que lo rodean sí lo son y están expuestos a bacterias y a las posibles patologías del mismo modo que sucede con un diente natural.