Una causa habitual de consulta en nuestra clínica dental es la preocupación de algunos pacientes al ver que su encía se va reduciendo, su raíz se empieza a ver y los dientes parecen más largos.
Motivos de la pérdida de encía
Existen varias razones para este proceso:
- La edad. Con el paso de los años, tanto los dientes como la encía se van desgastando. Es un proceso natural que puede ser más o menos acusado, en función de elementos adicionales.
- Gingivitis. Debido al exceso de bacterias y placa de sarro que se acumulan en los dientes, algunas personas pueden sufrir la inflamación y sangrado de las encías que no afecta al hueso. Es una reacción que depende de la genética, de los cambios hormonales o de una buena higiene bucal, entre otras causas.
- Periodontitis. Cuando la gingivitis no se trata correctamente, se puede llegar a tener periodontitis o enfermedad de las encías, que provoca que los tejidos de sujeción del diente (hueso, ligamento periodontal y encía) disminuyan, llegando incluso a la pérdida del diente. Hablamos de ello en profundidad en nuestro siguiente artículo.
- Cepillado agresivo. El uso del cepillo de manera incorrecta o el uso de un cepillo inadecuado, pueden provocar un desgaste que retraiga la encía.
- Desequilibrio oclusal. Ya sea por bruxismo o mal posición dental, el contacto incorrecto entre la mandíbula superior e inferior, puede generar ligeros desplazamientos que provoquen el desgaste de los dientes, la pérdida de hueso y la pérdida de encía.
Tratamiento para la pérdida de encía
El tratamiento de la recesión gingival depende de la causa que la provoque. Así tenemos que si es por causas naturales de envejecimiento de los dientes, es difícil solucionarlo o parar el proceso, aunque una buena higiene bucal siempre puede disminuir los posibles efectos. Si el paciente tiene gingivitis o periodontitis, lo mejor es una buena limpieza bucal, con tratamientos cada vez más complejos y agresivos en función de la gravedad o avance de la enfermedad.
Si el problema es el cepillado incorrecto, la solución es simplemente corregir hábitos. El cepillado de los dientes nunca ha de hacerse en horizontal ni usar un cepillo duro que provoque la retracción de la encía.
Para problemas bruxismo o una mala posición de los dientes, los tratamientos pueden ir desde férulas de contención hasta tratamientos de ortodoncia para conseguir la posición correcta de la mandíbula y el cierre idóneo.
Injertos de encías
Otra alternativa, cuando la encía ha disminuido gravemente, es el injerto de encía. Es un tratamiento con el que tenemos que ser cautos tanto a la hora de plantearlo profesionalmente, como aceptarlo como paciente.
Funcionalmente no proporciona más sujeción al diente, ya que es el hueso el que lo sujeta. La posibilidades de que la encía se vuelva a perder tras un injerto, es bastante alta. La creación del tejido adicional no hará sino crear espacios donde las bacterias y el sarro se puedan acumular. El injerto gingival, al margen de una clara finalidad estética, no aporta ninguna mejora en el problema de las encías.
Por tanto y como recomendación para las pérdidas de encías: tratar el problema en función de la causa y evitar el avance de la enfermedad con los métodos citados anteriormente.