Como ya habíamos comentado en el artículo anterior (implantes con poco hueso 1), no siempre es necesario hacer injertos de hueso para la colocación de implantes, cuando no hay suficiente hueso.
En este artículo hablaremos de los casos con falta de hueso en la mandíbula, normalmente localizados en la zona de las muelas y de cómo un implante sin injerto de hueso puede ener los máximos resultados con el mínimo traumatismo para el paciente. En el artículo siguiente, hablaremos de la falta de anchura de hueso.
Caso posible: implantes con falta de hueso en la mandíbula
¿Cuál es el principal inconveniente de la falta de hueso en la mandíbula?
En el caso de la mandíbula, la presencia del nervio dentario inferior limita la altura a la que colocar los implantes, ya que dependiendo de la posición del nervio, tendremos mayor o menor margen.
¿Qué ocurre si colocamos un implante tocando o seccionando el nervio dentario inferior?
En tales casos, el nervio se ve afectado temporal o definitivamente y modifica, en función de la gravedad de la lesión, la sensibilidad de la zona.
¿Qué alternativa tenemos si no hacemos un injerto de hueso?
Si no hacemos injerto y tenemos que colocar todos los dientes de la mandíbula, lo más habitual es poner implantes (generalmente con 6 se colocan todos los dientes) en la parte anterior, ya que en esta zona no tenemos el problema del nervio dentario inferior.
Pero si es en la zona de molares donde tenemos que colocar los dientes, la alternativa es utilizar varios implantes cortos y anchos. Con esto conseguimos evitar el nervio dentario y dar la suficiente estabilidad y funcionalidad al implante. No sólo eso, sino que evitamos traumatismo al paciente al no hacer injerto de hueso y además se reducen costes en el tratamiento consiguiendo unos resultados óptimos y duraderos.